En Peu a Terra exprimimos las sensaciones al máximo, las compartimos con los que nos rodean y experimentamos el doble de satisfacción al ver que contagiamos nuestro entusiasmo a nuestros amigos y seguidores. No somos unos deportistas de élite que viven de sus logros y a los que se puede idolatrar y ensalzar. Somos normales, de carne y hueso, con hijos, esposas, trabajo y obligaciones. Nos cuesta encajar nuestra afición en medio de todo y nos tenemos que esforzar para poder seguir sin dejar de lado todo lo demás, pero eso es algo que creo que nos pasa a todos los endureros.
La ventaja de estar con nosotros es que TÚ puedes hacer lo mismo que nosotros hacemos y te vas a sentir más identificado con nuestra forma de ver el enduro que con los grandes profesionales (ya me gustaría a mí hacer el Dakar, pero eso creo que será en otra vida…).
En nuestras rutas endureras pasamos todo tipo de aventuras. Nos podemos encontrar con obstáculos donde todos tenemos que arrimar el hombro, nos apoyamos y animamos unos a otros cuando las fuerzas escasean, y disfrutamos todos de días de moto y montaña.
Cada reto imposible que superamos es una nueva satisfacción y cada salida acaba convirtiéndose en una puesta a cero del estrés que se va acumulando viviendo en una gran ciudad.
El enduro son salidas en moto por el campo, son amigos, son nuevos retos, aventuras y sacrificio. Yo no lo veo como una forma de vida, pero es sin duda una parte importante que me ayuda a vivir mejor.