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Bassella Race, una aventura para todos los públicos
Tras años de dedicación al supermotard y a las motos de carretera, en septiembre de 2012 compré mi primera moto de enduro empujado por Jordi, otro componente de Peu a Terra que ya llevaba varios años en este mundillo. Los primeros contactos por tierra fueron muy duros, pero a la vez muy satisfactorios ya que mezclar moto y campo es increíble, pero la falta de técnica convertía lo que hoy son paseos en verdaderas odiseas.
La inscripción a la Bassella Race 1 en el 2013 fue ese empujón que todos a veces necesitamos para poner toda la dedicación en prepararme tanto físicamente como a nivel técnico con el fin de poder, al menos, terminar la carrera sin correr demasiados riesgos ni pasar grandes penurias.
Puesto manos a la obra, lo primero fue tomar clases de pilotaje. Para ello contactamos con los hermanos Puigdemont, que ofrecen unos cursos muy completos en un ambiente muy familiar y que se adaptan a las necesidades y nivel de cada piloto.
Viendo la que se nos venia encima en Bassella, nos centramos en realizar el curso en 2 dias, uno de crono, donde coger técnica a la hora de posicionarse en la moto (ese día me di cuenta que no tenia ni idea de ir en moto de campo), y el siguiente dia aprendimos a superar obstáculos de todo tipo, como troncos, pedregales, bajadas pronunciadas (por no decir barrancos), y desniveles del terreno de varias clases.
Curso muy recomendable para todo tipo de Endurero, pero imprescindible para los novatos.
En la Bassella nos inscribimos como aficionados, esto significa que no competimos, sino que damos la vuelta de reconocimiento que realizan todos los participantes el sábado.
A pesar de ser una vuelta de reconocimiento, no hay que olvidar que es la previa a una carrera, y nadie va a dar un paseo. Hay pilotos del calibre de Iván Cervantes, Marc Coma o Laia Sanz corriendo contigo, y la gente pide paso, o lo busca directamente, con lo que hay que estar al loro del que viene por detrás o tu problema puede dejar de ser la piedra de delante.
En cualquier caso, el ambiente es inmejorable, y la organización muy competente. Cada vez que había un lugar complicado para pasar, había gente de la organización que echaban un cable a los que se pudiesen quedar enganchados. Ahún recuerdo a un tipo que se agarró a la horquilla de la moto para ayudarme a subir una roca y no paraba de gritar GAS!, GAS!, GAS!
Esos momentos son los que te hacen repetir.
Son 70 Km de enduro del bueno y hay de todo, desde barrizales donde enterrar la moto (nunca deis gas a fondo si os embarrancais porque la moto se la traga el barro…), hasta barrancos de piedra caliza por donde tirarse (si, a esas cuestas no va uno y las baja, ahí te tiras montado en la moto). Zonas muy técnicas entre arboles y tramos más tipo Raid por pista. En conjunto, un día perfecto de Enduro con los amigos, donde además puedes conocer gente, ver a tus ídolos del motor y acumular sensaciones en este mundillo donde cada día somos más aficionados.
Una experiencia muy recomendable y un placer para los amantes de la naturaleza y el motor.
